Vivencia Reciclable

Estaba ahí, sentada en la banca del parque. Aquel parque que los había visto reír y jugar; en el que se habían sonreido tantas veces.

Ya no era suyo.

Un cigarrillo era su forma de calmarse mientras que su mente divagaba por recónditos lugares; recordaba todo de forma sutil; con un poco de pena y otro poco de alegría.

Ella le aconsejaba que no tenía caso, era mejor alejarse. Alejarse de todo.

Solo una lágrima broto por su rostro como para darse cuenta que ya no valía la pena. Tenía que seguir, vivir, reir. No había cosa que lo impidiera.

Tenía que volver a sentir con intensidad y disfrutar de cada cosa que dejo de disfrutar. A soñar.

El cigarrillo ya se consumía mientras ella tomaba la decisión más importante del momento. La historia ya se había repetido muchas veces y estaba segura que no se repetiría una vez más. Esta vez por más que le duela había decidido dar vuelta a la página.

Tenía que correr detrás de sus sueños de nuevo; detrás de sus aspiraciones; tenía que encontrar lo que la mantenía viva antes; tenía que volver a ser ella misma.

Y mientras su corazón y mente se decidian, recordó algo:

-"De amor nadie muere..."