Era de noche, y el viento danzaba...
Caminaban de la mano y jugueteaban entre caricias como dos amantes lo harían.
Horas antes se habían amado como nadie jamas lo había hecho. Se habían jurado amor eterno, un amor que borraría toda barrera.
Ella lo contemplaba de pies a cabeza, pensaba que no abría nadie mas que la hiciera feliz. Sus ojos le sonreían y él simplemente la besaba en la frente.
Él contemplaba su silueta, su rostro blanco como la luna. Contemplaba su cabello que bailaba en compañía de la música insensible de la noche.
Caminaban de la mano, él la abrazaba, ella lo seguía contemplando.
Llegaron a un lugar desolado. Ella comenzó a llorar. El no se explicaba el motivo.
Ella empezó a hablar sin razón, sus pensamientos se volvieron en negro y danzo por un momento con el viento. Vio cosas raras, que ahuyentaron lo ultimo de cordura que le quedaba. No entendía nada, gritaba pero nadie la escuchaba, lloraba, no había nadie que la consolara. Se levanto corrió un poco y cayó al suelo. Sintió que una mano frió la tomaba del brazo, ella gritaba sin razón.
En su mente, él pensaba que hacer, la perdería, solo quería abrazarla y decirle que todo pasaría.
Ella veía su figura borrosamente. Le susurro un leve "te amo", y dejo de verlo para siempre.
Él suplico al firmamento que no se la quitaran, pero este no oyó sus suplicas.
Se quedo sola, con él presente; se quedo sola, con él ausente.
Se quedo sola a pesar de que cada noche él la abraza y ella grita desconsolada.
miércoles, 9 de diciembre de 2009
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